En plena Edad Media, cuando la España cristiana atravesaba un período de oscurantismo en el que ni siquiera se planteaba ningún tipo de higiene y mucho menos la personal, la Córdoba musulmana contaba con más de seiscientos baños árabes públicos.
Sus muros estaban alicatados y sus estancias separadas por arcos y columnas; los techos, abovedados y con lucernas. No sólo servían como lugar de descanso, sino también de reunión social y política.
Algunos tratados de la época muestran el refinamiento de nuestros antepasados andalusíes, describiendo con todo tipo de detalles sus costumbres higiénicas y la moda de sus gustos personales, como eran el uso de pasta dentífrica, cremas depilatorias, aceites y espumas aromáticas con esencia de almizcle, jazmín o violeta. Así, limpiar y cuidar el cuerpo, además de ser una práctica placentera, también es un acto de fe, en el que el agua se convierte en la manifestación generosa de lo creado y elemento purificador del cuerpo y del alma.
El hammam, por sus dimensiones, se aloja por lo general en un edificio específico, diseñado al efecto y que suele estar en las proximidades de la mezquita, dado el vínculo que por motivos religiosos que se establece entre ambos.
El hábito general de los baños se acabó perdiendo por la imposición española en su afán de perseguir y eliminar la cultura islámica del suelo ibérico. De este modo desaparecieron la mayor parte de los edificios dedicados a este menester, siendo escasos los restos llegados hasta nuestros días, algunos de ellos felizmente recuperados.
En la actualidad, el Hammam de Córdoba recupera el espíritu del baño tradicional árabe. La geometría de sus mosaicos, sus arcos, zócalos, celosías y columnas finamente labrados transportan al visitante al encanto del esplendor del Al-Andalus.
3 comentarios:
Me encanta la Historia, sobre todo la medieval jejeje. Los árabes poseían una cultura impresionante en aquella época.
te veo que estás puesta! y te mola la historia como a mí! muy bueno! joe, yo cuando estuve en tunez, me di unos masajes y unos baños...
bueno, a pasar buen dia guapetona!
Pues sí, a mí también me encanta la historia, mi problema es que no tengo memoria para recordarla todo lo que me gustaría... Y lo que más me gusta es la historia del arte, incluso he llegado a plantearme hacer la carrera! Pero ya veremos...
Un besazo a los dos!
Publicar un comentario