
Ayer mi profe se presentó con unas pelotas, eran pequeñas (no esas megagrandes que también se pueden usar), blanditas y azules, monísimas! Cuando las vi me puse la mar de contenta, pensé “cómo mola hacer pilates con pelota, qué divertido”, y a mí que estas tonterías me hacen más feliz que a un tonto un lápiz…

La pelota hace que muchos de los ejercicios musculares bien conocidos sean aún más efectivos y exigentes. La pelota está “viva” cuando uno se pone encima, y por eso los músculos tienen que trabajar mucho más para hacer los ejercicios. Al mismo tiempo, hay más músculos que están forzados a trabajar para mantener el cuerpo entero estable. En conjunto, todo esto aumenta enormemente el consumo de energía y la estabilidad alrededor de la columna está entrenando a un nivel óptimo.

El hecho de usar una pelota sujetándola entre las rodillas hace trabajar los músculos aductores de la cara interna del muslo, que a su vez están conectados con los abdominales profundos, y en concreto con el transverso. Además, proporciona agradables masajes a los músculos implicados en los ejercicios.
La práctica:

-Te pone una bajo la espalda y te quedas encorvada hacia atrás con la cabeza colgando. La pelota te hace un masajito agradable en la columna.
-Luego te pone una segunda pelotita entre los muslos que has de apretar por narices para que no se caiga. “Guau!! Dos pelotas a la vez, cómo mola!”.


En fin, que después de hacer estos y más ejercicios, hoy estoy hecha un trapito… y no quiero ver las pelotas ni en pintura!! (Me quejo porque en algún sitio me he de desahogar, pero la semana que viene volveré a clase como una a campeona, en el fondo, muy en el fondo, sales contenta y realizada, jeje).
Os dejo un vídeo con algunos ejemplos, parece muy fácil, sí, sí, probadlos…
P.D. En las imágenes utilizadas para este post las protagonistas tienen una sonrisa, MENTIRA! La realidad es más bien una mueca entre de dolor y ganas de vomitar.